Contar mi historia es empezar por la de mi padre

Perdí la cuenta de las ocasiones en que mi padre trató de cruzar la frontera sin lograrlo aunque al final las que se impusieron fueron las que lo trajeron y lo hicieron permanecer en los Estados Unidos, aquí llegó por primera vez en 1973.
Mi padre siempre ha sido un hombre aventurero al cruzar la frontera junto con un tío y llegar a El Paso Texas lo trajo a este país primero como turista.
Tiempo después la falta de dinero y trabajo lo hizo volver pero esa ocasión venía con un amigo y llegaron a Alburquenque allí los contrató un americano que les pagaba por hacer pedazos los árboles, oficio que no les resultaba extraño en la sierra de Nuevo México.
La siguiente incursión fue en compañía de uno de sus hermanos esta vez el sueño les alcanzó para poner un taller de soldadura en el Valle de San Fernando, California “uno de mis lugares favoritos porque allí están mis recuerdo de adolecente”.
Ver caer los fierros tras cada corte y poder armarlos de nuevo así es como describe mi padre su oficio favorito: la soldadura, que por cierto él considera un arte mismo que le ha permitido sacar adelante a mi familia como hasta ahora.
Ahora que estamos tan acostumbrados a lo visual yo siempre pienso que lo mejor de mi padre es su oralidad, nos sentaba para contarnos todo lo que había pasado y entonces nuestra mayor ilusión era pedirle que nos enseñara palabras y oraciones en inglés.
En ese entonces ni siquiera imaginábamos que buena parte de las veces se las inventaba no lo entendíamos hasta cuando fuimos adultos sobre todo con nuestra propia experiencia con el inglés en Los Ángeles cuando recurrimos a una frase de papá que nadie comprendía.
El río que quiso arrebatarme a mi padre.
De las veces que hemos perdido las cuentas una de ellas mi padre cruzó por un lugar conocido un parque localizado en el infonavit San Lorenzo de Ciudad Juárez Chihuahua. Por alguna razón el cielo no parecía reflejar la quietud de las veces anteriores en que había cruzado el río, algo debía saber porque al cruzar el lago se dio cuenta que lo que seguía era un canal urbano estaba tan hondo que ya no podía regresar y mientras su cuerpo se sumerja supo que ese camino era más desconocido de lo que parecía. La corriente no perdonó al desconocido con el cauce del canal su cuerpo arrastró varios metros era en vano pretender sujetarse de unos trozos de metal apostados a los lados del canal cuando pensaba que sería en vano seguir intentando una de sus manos se sujeto de esa agarradera.
El miedo no lo frenó por su familia reintento muchas veces para que el futuro nos pudiera cubrir a todos fue así que lo logró.
Sin pensar que fuera a estar tan hondo y peligroso, se adentro fue allí cuando se dio cuenta lo equivocado que estaba.
Al punto de perder su vida, ya que la corriente era muy fuerte, fue arrastrado por el canal varios metros. Tratando de salvar su vida intentaba agarrarse de unas agarraderas de metal que este canal tiene a los lados hasta que en su tercer intento lo logró.
Esta experiencia y la falta de su familia lo motivó a regresar como tantas veces, a nosotros su familia, con la intención de brindarnos un mejor futuro buscaba formas para lograrlo. Y unos años después, lo llevó a cabo.
El comienzo de la travesía, pero esta vez juntos.

En el año 1992 mi familia y yo emprendimos el camino hacia lo que parecía una aventura ese año no sabíamos que tiempo después seríamos parte de los migrantes que se quedaron a vivir en este país. La apuesta estaba hecha porque mis padres habían vendido la casa y con ello habían acumulado en billetes y monedas su trabajo de años. La ruta era que nada salvo la familia que ya los acompañaba siguiera el sueño.
La primera parada fue Torreón a donde llegamos cuando todavía los pasajeros en México podíamos viajar en tren, horas después estábamos en Monterrey. En esa ciudad solicitamos la visa de turista pero los gabachos poco acostumbrados a familias con 6 hijos simplemente decidieron no ceder.
El camino viro más al norte pero aún en México y llegamos a una de las ciudades en la cual muchos al no poder cruzar se quedan a vivir. Allí viven dos tías con la ayuda de una de ellas conseguimos una visa de turistas por 6 meses con ella en el bolsillo mi padre y mi hermano mayor fueron los primeros en llegar a California para buscar un lugar al cual pudiera llegar el resto de la familia.
Los Angeles california
Tuvimos que esperar 3 meses los cuales vivimos en Juárez la cual fue nuestra parada antes de llegar a Los Ángeles y meses después el destino era california pero ahora en San Fernando la ruta fue seguir la residencia de mis tíos y de mi padre.
Al inicio no había un espacio en el que cupieran todos por eso nos mandaron a las casas de diferentes tíos esto mientras teníamos nuestro primer hogar en el gabacho.
Los albores de mi adolescencia se mezclaban con mis impresiones sobre la limpieza de las calles del nuevo país sobre sus espacios y sobre el tamaño y la división de sus construcciones lo único que inspiraba miedo era el sótano de la primera casa en que vivimos.
Ninguno de mis hermanos interrumpió sus ciclos escolares solo mi hermana mayor quien por ser la primogénita tuvo que ayudar a mi mama con el más pequeño y el primero en nacer fuera de México
Inglés, mi segundo idioma
Para estudiar mi primer año de secundaria lo distinto era el idioma y mis compañeros incluso los mexicanos con algunos meses más que yo en este país tenían amnesia de recordar que también sufrieron con la estructura de las nuevas palabras. Para mi fortuna muchos no sabían inglés por eso había clases para aprender este idioma. Mi adolescencia sin obligaciones de adultez hizo más fácil para mi hablar inglés.
Un lustro después la estancia parecía finalizar debíamos volver a durango pero sin mi padre que había sido el más esforzado para traernos.
De regreso a Durango

Al llegar a durango no fue el inicio de un periodo escolar sino el fin del bachillerato y el inicio de la licenciatura y del hacer grandes amigos que hasta la fecha preservo.
Trabajaba para poder seguir estudiando así conocí a quien me becaria para entrar a la universidad a estudiar Ciencias Técnicas de la Comunicación.
Me embaracé a meses de terminar la carrera. En ese momento debía elegir entre mi carrera y poder contar con una manutención y un matrimonio entonces tuve que decidir ser madre soltera. Y esa es una de las decisiones más fuertes que he tenido que tomar.
Para ese entonces mi padre, mi madre y mi hermano menor residían en Sylmar California eso me alentaba a viajar a ese estado y a poder tener a mi hijo en durante las vacaciones, a fin de regresar con él a concluir la licenciatura .
Lo que no te mata te fortalece
Con mi hijo de tres meses y al enfrentarme a mi realidad de madre soltera, sin dinero y sin trabajo, decidí migrar a Estados Unidos para poder juntar un poco de dinero y hacer mi titulación.
Gracias al apoyo de mis padres quienes vivían de este lado, no fue muy difícil para mí, pero sé sí lo fue para mi padre .
Vivíamos en un cuarto al principio, un cuarto para 4 personas y un bebé. Fueron momentos difíciles para mi y para mis padres, ver a una de sus hijas, ahora madre soltera, la primera en ir a la Universidad.
Ironías de la vida, la más fuerte e inteligente según mis pensamientos. Y en esos momentos la más vulnerable de todas. Me tragué mi orgullo en muchas formas, fueron muchas las luchas que enfrente una vez más de este lado de la frontera.
Mi primogénito llegó a este mi mundo y con él mi perspectiva cambió, mis metas y mis prioridades cambiaron, por el cuidado de un nuevo ser al que me enseñó a ser madre y a ver la vida de un modo diferente.
Tras el paso de los años me di cuenta que mi vida lejos de regresar a mi país con mi gente sería este lugar al que por alguna razón había decidido migrar para poder obtener un mejor futuro.
Aquí en el Valle de San Fernando me reencontré con un antiguo novio, salimos por unos meses y decidimos vivir juntos. No fue hasta 7 años después que decidimos casarnos y formar una familia.
A pesar de no contar con un estatus legal dentro de este país hemos cumplido sueños y alcanzado metas.
De todo un poco

Me ha tocado trabajar de limpieza, en maquilas, de secretaria pero nunca un trabajo me ha hecho sentir menos de lo que soy. Sé lo que soy y lo que valgo y hasta este momento sigo luchando por obtener y lograr mis sueños.
Los obstáculos siempre han estado presentes, los miedos y las trabas, esas que muchas veces se pone uno mismo. Las limitaciones que hacemos nuestras y nos escudamos en ellas para no dar el 100 % de nosotros mismos.
Después de casi 16 años de vivir continuamente en este país y otros 5 años antes puedo decir que la mitad de mi vida se ha vivido en este lugar. Como personas migrantes con raíces de dos lugares con los que en ocasiones me siento identificada
Hay muchas personas que tachan de malinchistas a las personas que como yo se identifican con la cultura y el idioma del extranjero.
Sin embargo no se dan cuenta que vivir prácticamente en un lugar que no es tu tierra natal por mucho tiempo y quizá por el resto de tu vida. Te obliga a tomar la cultura, el idioma y la idiosincrasia del país en donde resides.
Me he dado cuenta que la mayoría de las personas incluyendo mi persona y familia siempre tienen en mente que el venir a Estados Unidos y trabajar para un mejor futuro es algo pasajero.
Sin embargo, tarde nos damos cuenta que estamos perdiendo el tiempo y que en realidad este es nuestro nuevo hogar. Vivir pensando que regresaremos hace que parte de nuestra vida quede en el limbo y no accesaderemos a nuestro 100% para mejorar nuestra situación y hacer de este lugar nuestro hogar.
Un consejo que te doy mira este lugar, este espacio como tu hogar y en donde quiera que vallas o reinicies tu vida llámalo así. Y con esa mentalidad obtén el mejor resultado en vez de estar pensando en lo que dejaste atrás ve hacia el futuro, lo que lograrás en este lugar.
El sueño americano para mi y mi familia se está cumpliendo por etapas trabajos estables, casa, automóvil, y aunque aún no tenemos solvencia económica o un estatus legal caminamos y se que pronto lo lograremos.
Los grandes cambios y las metas se cumplen por etapas el final feliz no se da de la noche a la mañana. Debemos ser constantes en nuestras metas, tener una disciplina que nos haga cumplir nuestros objetivos. Cada día es una nueva esperanza y una nueva oportunidad de ser mejor y poder ayudar a alguien más.
te invito a ver mis entradas anteriores a checar la informacion que estoy presentando y también la historia antes presentada de Erika Mejia La reyna de las Rosas Preservadas
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